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Larga vida al violador y castigo para el no nacido

“Legalizar el aborto es una pena de muerte sobre una persona que no cometió ningún delito y que no pudo defenderse” Bianchi.

Los recientes hechos ocurridos en Argentina demuestran el gran avance que ha tenido la agenda progresista. El debate sobre el aborto y su aprobación hasta las 14 semanas, es una demostración de como la dialéctica marxista sigue adelante mientras su oposición se ve incapaz de sostener una argumentación acorde a las circunstancias, ya sea por incapacidad retórica o por miedo al juicio social. Es de esta forma, como se ha aprobado una ley que da larga vida al violador y castigo al no nacido. 

¿Cómo el aborto puede favorecer al violador? 

Miremos los hechos más a fondo, gran parte de la narrativa que favorece el aborto se sostiene sobre mujeres que han sido abusadas sexualmente y terminan en un embarazo no deseado. Es el principal argumento que lees en redes sociales o escuchas en debates públicos, políticos y en el día a día. Todo el accionar se ha centrado en invertir los principios occidentales, a través de la victimización, para la protección de uno por la agresión del otro.  En la práctica se castiga a una persona que aún no ha nacido, pero cuya vida ya comenzó, y  se mantiene la impunidad sobre el verdadero problema: el violador. 

¿Por qué no piden la pena de muerte al violador? Como es costumbre, los argumentos se usan en conveniencia de un interés político y no por una convicción real. Bajo lo argumentado en Argentina, el derecho a la vida es gradual y un embrión no es una persona, pero resulta que los criminales no solo tienen derecho a la vida sino, derecho al voto. Un criminal, violador, asesino, ladrón, corrupto, tiene más derecho que alguien que aún no ha nacido. Defienden la vida del que delinque por encima del inocente. 

La victimización del Pedófilo

A esto debemos sumar varios hechos que se han ido desarrollando con más fuerza durante el pasado 2020, empezando por el debate sobre la victimización del pedófilo. Otra incoherencia, puesto que uno de los ataques hacia la Iglesia Católica ha sido por los casos de pedofilia. La agenda política del progreso juega con la lluvia informativa y parece no tener límites. 

En el caso de la institución religiosa, la pedofilia ha sido condenada, con reales razones para hacerlo, pero parece curioso que las mismas banderas políticas que condenan, ahora hablan del pedófilo como una víctima. ¿No es el pedófilo un potencial violador? 

El hombre y sus privilegios

Cuando indagamos a una feminista en la actualidad y tratamos de ver sus fundamentos narrativos, podemos encontrar que se trata de la repetición de argumentos sin conocimiento de fondo. Sin embargo, no hay que subestimar, puesto que dicha narrativa ha demostrado estar mejor construida que la de quienes se oponen a ella. Es necesario, por tanto, conocer el origen de las ideas que se promueven, para así poder entender y contrarrestar a la altura de las circunstancias.

Cuando se hace esta práctica, solo el hecho de indagar a una de las defensoras proabortistas, se encuentra con que la mayoría desconocen los “principios”  que dicen defender. Pero quienes sí lo conocen llevan años trabajando en esto y tienen un objetivo claro: la desaparición de la ecuación hombre/mujer y el fin de la familia. 

Cito para ello a la feminista radical de los años 70 Shulamith Firestone, en su obra “La dialéctica del sexo”, donde, basándose en lo escrito por Marx y Engels, padres del comunismo, transforma la lucha de clases, en la lucha de las clases sexuales. En dicha obra, admite que la biología es inmutable para los animales, pero afirma que el hombre supera lo natural, y por ello, en el futuro, se puede lograr la neutralización del sexo y la reproducción sería totalmente artificial, acabando con los “privilegios del hombre”.

“El sistema de clases sexuales puede haberse originado por circunstancias  fundamentalmente biológicas, pero esto no garantiza que, una vez desaparecida la base biológica de su opresión, mujeres y niños, alcancen su liberación…”

“…para asegurar su eliminación de las clases económicas dominantes  se necesita una revuelta de la clase inferior (mujeres) y la confiscación del control de la reproducción; es no solo necesario la plena restitución a las mujeres de la propiedad sobre sus cuerpos, sino la confiscación por parte de ellas del sistema de fertilidad humana”

“… las diferencias genitales entre los seres humanos deben pasar a ser culturalmente neutras…”

“… se destruiría así la tiranía de la familia biológica”.

¿Qué tiene que ver el aborto con ello? El aborto es tan solo un paso para este camino. Es una forma de poner la moral de cabeza y llevar el debate a temas impensables con fines de control social y se transforma en una victoria en la guerra de clases sexuales o del resentimiento. Una guerra que en vez de armonizar a los hombres, mujeres y a las naciones, las pone en conflictos morales, para así distraer a la población en problemas de menor escala, mientras que impiden su desarrollo. 

¿Qué se gana con el aborto?

“Suprimir la injusticia y no a los seres humanos” embajador argentino en Rumania, Juan Carlos Beltramino.

El presidente argentino Alberto Fernández afirmó que “La criminalización del aborto de nada ha servido, solo ha permitido que los abortos ocurran clandestinamente en cifras preocupantes”.

Si se mira a fondo, se denota que con esto no se van a disminuir las violaciones, tampoco el peligro de muerte por la intervención. Menos aún se resuelve el problema de operaciones ilícitas. Es la lógica al revés, es legalizar el crimen para desaparecerlo. Si mañana legalizamos la corrupción entonces ¿desaparece la corrupción? 

Mucho menos desaparece el problema de los niños sin hogar. El Kichnerismo, así como el chavismo, generaron políticas públicas que proveen ayudas económicas a aquellas mujeres de bajos recursos que salen embarazadas. En Argentina se fue más lejos, al crear ayudas económicas por desempleo y por niños a cargo. Con esto quieren argumentar que están a favor de la vida, pero lo que promovieron fue la práctica de tener hijos y de no trabajar, o promover el trabajo fuera de la ley (en negro), para conseguir ayudas sociales. 

Bajo esta línea amplificaron el problema de niños en la calle pidiendo, aumentaron la pobreza y la natalidad es para la explotación del niño. Fue el mismo Kichnerismo y el mismo presidente Alberto Fernández, quien entregó el proyecto de ley del aborto. Ahora el Estado Argentino tiene la obligación de financiar el aborto, el mismo Estado que está obligado a proteger la vida del violador. Argentina es una República Federal, los ciudadanos argentinos, son la base del Estado argentino y  están obligados a pagar con sus impuestos el aborto, así como el derecho a la vida de los presos. Incluso, es necesario decirlo, los extranjeros con residencia en Argentina, también pagan impuestos para financiar el aborto y proteger el derecho a la vida de un criminal.

Curiosamente, los Kichneristas son llamados peronistas, pero las políticas tanto de Juan Domingo Perón como de Eva Perón, fueron a favor de la vida, buscando mejorar el crecimiento demográfico, ya planteado en el plan trienial.  

Una ley a conveniencia popular

Entre tantas cosas, no se puede obviar que la misma izquierda que hoy promueve el aborto, hace varias décadas atrás, durante los años 70 estaban en contra de él porque era una política “imperialista. Es necesario decir que estos dirigentes políticos se dedican a analizar sus posibilidades electorales, promoviendo políticas públicas que generen más aceptación en sus gestiones, poniendo por encima el interés partidista y electoral sobre el interés nacional. 

Católicos pro aborto

Entre quienes apoyaron el aborto en Argentina, estaban un grupo que se hacen decir católicos pro aborto. Esto demuestra que la narrativa marxista ha llegado a espacios inesperados. Sin embargo, es una total incoherencia existencial dentro del catolicismo, y solo una forzada forma de justificar estar con la iglesia y con el aborto. Así el papa diga que está a favor del aborto, sería una incoherencia dentro de la institución. El catolicismo considera la vida una bendición que Dios da a los hombres, no todos tienen la posibilidad de dar vida, y quienes lo logran, han sido bendecidos por Dios. Un niño producto de una violación es la demostración de que hasta en el mismo infierno puede crecer una flor. 

Ya el catolicismo ha tenido momentos oscuros donde su accionar ha ido en contra de sus fundamentos existenciales, forzando justificaciones que vienen siendo, no más que  anatemas, hablando en términos católicos. Aunque el papa actual ha dado tibias respuestas al respecto, ha iniciado un proceso de distanciamiento entre la Iglesia y el gobierno de Fernández.

Aborto para salvar a la gestante

Uno de los debates está en que gestantes cuya vida corría en riesgo no pudieron salvarse, porque no les permitieron abortar bajo la objeción de conciencia. Sin duda, es una injusticia, hay casos en los que es una medida para salvar la vida de la gestante, y una interpretación religiosa, termina creando un nudo gordiano que nadie se atreve a cortar. Con esto, no se llega a resultado alguno, terminando con la vida de la gestante y el bebé. 

El problema aquí entra en que una República, como forma de Estado, está fuera de la jurisdicción de la iglesia o del clero. Esto significa que si bien, la Iglesia tiene influencia social, política y espiritual, no tiene poder político. Dar poder de decisión a una institución, hospital, sanatorio, clínica, etc, bajo la objeción de conciencia, es una negación de la ciencia y de su correcta praxis. La ética y la mala praxis, también requieren el peso de la ley. 

La moral no es relativa

Una de las principales banderas del marxismo ha sido la relativización de la moral. Cito el caso de la “doctora” Leah Torres, practicante del aborto que cuando se le increpó sobre su conciencia al terminar con la vida del embrión, al parecer afirmó que les cortaba la laringe a los embriones que ya eran capaces de emitir, para no escurchar sus gritos. Esto generó una polémica en redes sociales, la respuesta de la doctora desapareció y ahora asegura que nunca lo escribió. Según el texto decía lo siguiente:

“You know fetuses can’t scream, right? I transect the cord 1 st so there’s really no oportunitty, if they’re even far enough along to have a larynx”

Más allá de si es verdad la afirmación o no ¿Cómo se justifica la protección de la vida en este u otros casos? El ejercicio médico está en proteger y mejorar la vida, pero bajo la premisa de que “el aborto es vida” se quiere justificar el impedir el nacimiento. Y aunque se quiere presentar que con esto se busca acabar con el aborto ilícito hay hechos que ocurren más allá del telón hispanoamericano: el caso de Planned Parenthood en los Estados Unidos de América.

Planned Parenthood y la comercialización de los fetos

Hay una realidad que no podemos negar, la política ya no es política, es un negocio. Y al haberse internalizado de esta forma, todas las políticas públicas de los países occidentales parecen tener dos fines: el electoral y el comercial. 

No hace muchos años se generó un escándalo alrededor de Planned Parenthood, un proveedor de servicios de reproducción norteamericano, que se vio envuelto en la comercialización de fetos. 

El tráfico de fetos, al igual que el tráfico de órganos, de personas y más, son realidades que viven a la sombra de la ley. Con esto volvemos a una reflexión que hice antes: ¿Quién gana con el aborto?

Argentina, así como muchos países hispanoamericanos, es fuente de mano de obra barata, y siguen la línea de economías de extracción, pero de muy poca o real producción de riqueza. Al ser la salud pública y el aborto financiado por el Estado argentino, la comercialización de los fetos puede ser más rentable, lo cual podría ser uno de los motivos reales por lo cual se ha hecho tanto esfuerzo para dicha ley. Bianchi fue una de las que denunció esto.

La juventud y la cultura popular

La ideología de género ha calado en gran parte de la juventud, sin diferenciar clases sociales. Se ha introducido con el supuesto objetivo de proteger a la mujer y a los diferentes tipos de géneros considerados víctimas de un sistema al que llaman “patriarcal”. Sin embargo, muchas denuncias suelen ser anacrónicas, puesto que dicho discurso parece no haber notado el gran avance que ha tenido la sociedad y que seguirá teniendo con respecto a la importancia y el rol de la mujer como parte activa del Estado.
Ven al hombre como el enemigo, por tanto, parece que el hombre o “varón” es el causante de todos los males que viven y es necesario acabar con sus privilegios, como ya se indicó en la  cita a Firestone.  

Todo el accionar se somete directamente al resentimiento de clase, ya no de clase social, sino de clase sexual. La misma explicación de la feminista Firestone, nos demuestra el odio por lo femenino, el odio por todo lo que representa la capacidad de dar vida, que en vez de considerarse una bendición, en lo religioso, o algo exclusivo de la mujer, en lo biológico, lo ven netamente desde el dolor y la subordinación a la biología, y de la interdependencia madre-hijo, que pone a la mujer en desventaja con el hombre.

Pero llaman a esa búsqueda o lucha, una búsqueda de justicia social, que en la praxis excluye al hombre de la toma de decisiones, porque todo se trata de la mujer y de su cuerpo. La realidad es que para la reproducción se requiere tanto al hombre como a la mujer y es una hipocresía que se promueva la idea de neutralizar el sexo y promover la reproducción artificial, cuando al mismo tiempo critican la modificación genética de la cosecha con transgénicos.

Por encima de todo, está que la gran mayoría de la militancia que aprueba estas medidas, son personas de bajos recursos, no solo económicos sino educativos. Por un lado los dirigentes dicen proteger la vida, y por el otro, los activistas bailan frente a la Casa Rosada un tema tan abominable como “Matabebe”, manifestación del odio generador de conflictos morales que paralizan a una nación. 

Cuando se le pregunta a una activista sobre sus convicciones y se le increpa, la respuesta es que es su cuerpo, y tiene derecho a decidir. Tras esa respuesta se hace evidente la debacle civilizacional de Occidente, como me lo indicó una amiga argentina: es el problema occidental, que pone al placer como el fin de todo, por encima de la familia y la nación. Curiosamente, la izquierda defiende esto, cuando hipócritamente se han llamado colectivistas, pero se están sosteniendo sobre el individualismo liberal para la argumentación de la aplicación de estas políticas públicas. 

La irresponsabilidad justificada

Los embarazos no deseados, según cifras oficiales, son producidos en su mayoría por falta de educación sexual. A esto le sumamos las políticas de manutención para aquellos que no poseen trabajo ni recursos para sostener a la familia, podemos mirar que las violaciones no representan el principal motivo de embarazos no deseados.

Sin embargo, la ley no está castigando la irresponsabilidad, sino que la premia abiertamente al darle ayudas a quien decidió tener relaciones sexuales sin tomar las medidas necesarias de protección. Pone en el mismo lugar a la mujer que sin recursos, se acuesta con más de uno en diferentes fiestas, con la que fue violada, lo que ya representa una injusticia per se. 

Por otro lado, bajo esta lógica, el padre irresponsable queda a salvo de su irresponsabilidad. Pero peor aún, queda desplazado de decidir, ya que no tiene voz sobre el nacimiento del niño, es la mujer la verdugo y el hombre un mero espectador. Bajo este discurso solo existe un tipo de hombre: el agresor; y sólo un tipo de mujer: la víctima. 

En cualquier caso, el violador, la mujer irresponsable, el hombre irresponsable, el verdadero criminal queda fuera de pena, mientras que el niño debe pagar con la muerte. 

El que calla otorga

No podemos seguir guardando silencio ante lo que ocurre, no podemos seguir ocultando nuestra opinión mientras la narrativa marxista sigue avanzando. Las enfermedades de transmisión sexual no se abortan, los violadores no dejarán de violar porque las mujeres aborten y peor aún, los crímenes no dejan de ser crímenes porque se hagan legales. 

Es importante decir que, con lo acá escrito, no se pretende negar la historia: la discriminación hacia la mujer es un hecho histórico que aún sigue arraigado a nuestra civilización, inclusive con todos los avances que ha tenido nuestra sociedad al respecto, así como tampoco podemos caer en la negación del hecho biológico. Ni la negación histórica ni la biológica va a permitir una mejor administración y aplicación de políticas públicas. 

El crecimiento demográfico en países con escasa población en relación a su territorio, puede empezar a ir en declive. El aborto es uno de los retrocesos más grandes que se ha podido dar, abriendo paso a nuevas leyes o mal llamados derechos. Quiero alertar que la revolución francesa, que parecía un hecho local, terminó influyendo en la liberación de toda la América hispana. La izquierda es una fuerza internacional que tiene el mismo discurso y praxis en todas las regiones del mundo, variando y adaptándose a los diferentes contextos. Lo que hoy ocurre en Argentina, puede ser tan solo el comienzo de un mal mayor.

Germán Jiménez

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